Hay que reevaluar el proceso de aprendizaje para el mundo audiovisual.
Reflexiones sobre la Academia
El mundo audiovisual es inmenso, divertido e importante actualmente. Las universidades ofrecen programas académicos los cuales, en teoría, mostrarán al estudiante el universo completo del ejercicio audiovisual para que ellos luego se especialicen en algún cargo para el que ellos descubran que tienen talento o que en la práctica les guste más. Nada más lejos de la realidad, los directores de los programas académicos en la mayoría de los casos son personas mayores que ya han salido del proceso de producción y están en muchas ocasiones desactualizados o por el contrario, son jóvenes que han dedicado su vida a estudiar, no han trabajado en el mundo real y debido a esto, aunque tienen muchos diplomas no conocen los procesos reales del trabajo y en el peor de los casos son personas que nunca, ni en su proceso de estudio, ni en su vida laboral han estado en el mundo audiovisual. Todo esto unido a que sus colaboradores son siempre productores generales o ejecutivos, directores de proyectos pequeños, críticos de cine o guionistas.
El proceso curricular desprecia cualquier oficio que no sea director, guionista o productor. Es más, las carreras se llaman algo así como Director y Productor de Cine y Televisión. Reciben semestralmente entre 30 y 60 estudiantes ilusionados con poder trabajar en este fabuloso mundo para contar sus historias pero en ningún caso los ayudan a encaminarse en el campo para el que ellos tienen talento. El mundo audiovisual es la unión de muchos oficios, todos igualmente importantes. Algunos ni siquiera tienen necesidad de acercarse a la cámara para poder expresarse. Es la unión de muchas personas, cada una aportando su talento, creatividad y amor por el trabajo para hacer una pieza final en la que sólo sobresalen ante el público los actores, directores y quizá productores, pero que sin el trabajo de decenas o cientos de personas no podrían lograr ni la más pequeña parte de lo que pensaban hacer.
Las universidades les dicen a los estudiantes, “Este semestre divídanse en grupos de 5 o 6 personas y vayan a rodar un cortometraje”. Hay que tener en cuenta que un semestre universitario no es de 6 meses si no de 4 reales de trabajo donde los primeros dos meses y medio buscan el “Guión perfecto” según el profesor, porque los convencen que tienen que ganarse todos los premios de todos los festivales a los que apliquen, así esté en 2º. semestre y nunca hayan tocado una cámara antes, luego de reescribir este guión innumerable veces hasta convencer al profesor de guión, les permiten comenzar preproducción y en este proceso les da más o menos un mes, para buscar financiación (que normalmente sale del bolsillo de los papás, rifas y ventas de dulces en la universidad), hacer casting, buscar locaciones y preparar el arte, y asignan entre 5 y 7 días para filmar. Para este momento ya están en la semana 14 de 16 que componen un semestre y con el poco tiempo que les queda tienen que editar y postproducir el corto para presentarlo.
De los grupos que conformaron siempre hay un vago que no va a clase nunca o llegó tarde o al que nadie quiere, ese hará los oficios más despreciables para ellos comenzando por sonido y así se preguntan ¿porque los trabajos de la universidad se ven y se escuchan mal?, pues acá están razones adicionales:
En la vida real la preproducción de una película puede tomar hasta 5 años, el rodaje 4 semanas, la edición al menos 2 veces en tiempo lo que se demoró el rodaje y la postproducción, en el mejor de los casos 3 veces el tiempo que le tomó de la edición. Los tiempos no cuadran con el porcentaje de tiempos que manejan en la Universidad.
Las instituciones deberían entenderse a ellas mismas como gimnasios del conocimiento, donde los estudiantes se van a encontrar con ellos mismos. No siempre van a tener un guión perfecto, pero si se podrían hacer talleres donde los mejores escritores generen historias que podrían o no llegar a realizarse pero que les permita buscarse en ese mundo, deberían rodar con paciencia todo el semestre ojalá no una vez, sino 2 o 3, y luego tener semestres completos de editar, no una cosa sino varias para que luego en semestres posteriores se dediquen a colorizar, a hacer efectos especiales y finalizar el sonido y la musicalización, deberían entender que, a no ser que el estudiante sea un genio, necesita apoyo de músicos, los cuales estarían felices de hacer la música de los cortos e ingenieros de sonido que estarían felices de hacer la postproducción del contenido, así como diseñadores que hagan efectos especiales y composición de imagen, que estos trabajos necesitan tiempo y que eso luego en la vida real significa que tiene un valor alto si uno quiere un trabajo de calidad.
En mi vida laboral he visto como producciones espectaculares que han implicado sudor y lágrimas a sus directores se hunden en el mar infinito de los contenidos, porque no tuvieron en cuenta todo el proceso de post producción y se van a festivales sonando y viéndose tan mal como las películas de Victor Gaviria quien por ahorrarse dinero ha creado en los colombianos el imaginario que todo se debe ver y escuchar MAL.
Germán Daniel León
Productor de Sonido GDL Sound Design