Pellizco musical 2. No sos vos, es la música que escuchas.
Breve recorrido por la cinematografía de Juan Taraturo, sus historias, personajes y la música como ingrediente necesario en sus producciones.
Creo que, como dice la canción, soy “...hijo del rock...” y “...sigo siendo pintura de canción...”, par de frases que hacen parte del tema “Pintura de canción” de Antonio Birabent y que de alguna manera sirven para definir mis gustos en música y cine. Disfruto el rock en español y el cine latinoamericano, en especial el que muestra pinceladas de melancolía e historias profundas, y en eso el cine argentino cuenta con varias (muchas) cintas que me atraen por esa combinación, así que este pellizco musical va por esos lados.
Pero antes de hablar de cine, hablemos de música. Para muchos el rock argentino inició su recorrido en 1967 cuando partió “La balsa” de Los Gatos, y con ella una historia musical que inspiró e influenció durante muchos años al resto del continente. En el cine la historia es similar, guiones cargados de temas políticos y narraciones dolorosas basadas en las dictaduras, pero también temas más íntimos y “Relatos salvajes” que configuran de a pocos la extensa cinematografía del cono sur.
Ahora sí, sobre el cine… dicen por ahí que "los efectos especiales del cine europeo son los sentimientos", frase de cajón con la que se solía marcar la diferencia entre el cine americano cargado de efectos especiales y el cine “sensible”, que apuesta ante todo a las historias más íntimas. En el caso del cine argentino, su historia política fue en algún momento el tema de muchas producciones, narrando sucesos desafortunados como las desapariciones durante las dictaduras, hechos ilustrados con canciones como “Rasguña las piedras” de Sui Generis en “La noche de los lápices” de Horacio Olivera, estrenada en 1986. Otra cinta clásica en la historia del rock argentino es “Tango Feroz, la leyenda de Tanguito”, dirigida por Marcelo Piñeyro y estrenada en 1993, que cuenta con excelente banda sonora en la que se combinan sonidos del rock argentino, con uno que otro clásico americano, siendo “El amor es más fuerte”, “Presente” y “El oso”, los temas más recordados.
En varias de sus películas de Taraturo aparecen Marcos Mundstock (1942 - 2020) y Daniel Rabinocvch “Ramírez” (1943 - 2015), genios integrantes de Les Luthiers
Casi diez años después conocí el cine de Juan Taraturo y la inclusión de algo de rock y pop en sus producciones, además de su apuesta narrativa sensible, cotidiana y atravesada por el humor, un humor muy argentino, lleno de ironía, sarcasmo y contundencia, ese tipo de humor que no siempre gusta porque parece venir cargado de la arrogancia de la que los argentinos, justa o injustamente, han hecho fama.
El gusto por el humor está representado en el cine de Taraturo además en los homenajes que rinde a algunos de los que seguramente son sus ídolos (nuestros ídolos, mis ídolos), en varias de sus películas aparecen Marcos Mundstock (1942 - 2020) y Daniel Rabinocvch “Ramírez” (1943 - 2015), genios integrantes de Les Luthiers y que desafortunadamente ya no nos acompañan en el mundo, eso sí, en Youtube quedan los testimonios de Mastropiero y sus narraciones.
Las historias de Taraturo
Juan Taraturo (Buenos Aires, 1971), cuenta con amplia experiencia en guión y dirección para cine y televisión, trayectoria que incluye seis largometrajes, en los que muestra personajes bien construidos y algunos casi icónicos, basta recordar a La Tana Ferro en “Un novio para mi mujer” película de 2008, en la que Valeria Bertuccelli interpreta a una mujer sin filtro para hablar y cuyos comentarios a lo largo de la cinta son toda una herencia de frases toscas, ingeniosas y rápidas, a la Tana la acompaña el Tenso, interpretado por Adrian Suar, ambos configuran una dupla genial y complementaria, en una historia bastante disparatada, pero que en el fondo muestra los miedos normales que puede sentir cualquier persona en medio de una crisis de pareja. Bertuccelli y Suar son protagonistas también de “Me casé con un boludo”, exitosa película de Taraturo de 2016, que cuenta con muy buenos comentarios de la prensa y gran aceptación del público.
A Peretti le sale bien hacer reír a partir de no sonreír, y Aldo es buen ejemplo de ello, de esos personajes que sufren en silencio y lo dejan ver en su cara.
Eso de los miedos se repite en “¿Quién dice que es fácil?”, en donde el personaje principal está a cargo de Diego Peretti, actor recurrente en las películas de Taraturo y que encarna a Aldo, un hombre solitario, sicorrigido y temeroso que termina confrontado por la vida y en medio de una situación en la que se siente incómodamente a gusto. A Peretti le sale bien hacer reír a partir de no sonreír, y Aldo es buen ejemplo de ello, de esos personajes que sufren en silencio y lo dejan ver en su cara, el tormento de una vida sin sobresaltos, muy planeada y conservando una estructura que termina cambiando a martillazos, todo por una mujer que le rompe la vida, para bien. La película cierra con el tema “Menos mal” de Andrea Echeverri, lo que en su momento fue para mi una grata sorpresa.
Peretti aparece además en “Papeles en el viento”, en la que repite también Cecilia Dopazo (Javier y Julia en "No sos vos, soy yo"), cinta basada en el libro homónimo de Eduardo Sacheri y que, aunque gira en gran medida entorno al fútbol, no abandona el tema de los miedos, en esta ocasión llevados al campo de los amigos, la incertidumbre por el futuro y las enfermedades.
No sos vos, soy yo
Y para completar estas breves letras sobre el cine de Taraturo llegamos a la que, para mi, cuenta con la banda sonora más completa y atractiva, “No sos vos, soy yo”, la historia de María y Javier, (Diego Peretti y Soledad Villamil), una pareja que se ama y que busca cumplir su sueño americano, para lograrlo la estrategia es sencilla, ella se adelanta en el camino y él se queda vendiendo los últimos bienes que tienen para alcanzarla unos meses después. El plan se cumple casi en su totalidad pero se frustra en el último minuto antes del viaje, cuando María llama a Javier desde Estados Unidos para pedirle que no vuele, que ella ya no lo ama, que la disculpe por hacerle daño y que “... no sos vos, soy yo”. De ahí en adelante empieza un cóctel de emociones con el que cualquier hombre despechado se puede identificar, el corazón roto, las dudas de la existencia, el apoyarse en los amigos (léase los amigos que se lo aguantan), la necesidad de salir del hoyo, la búsqueda apresurada de un nuevo amor y todo amenizado por buena música; además de un tono de humor dramático que hace parte del sello Taraturo en el cine.
Acá el rock y pop aparecen con frecuencia y buenas voces de diferentes épocas, desde Jorge Drexler y sus “730 días” de soledad, pasando por los desamores y finales en “Crímenes perfectos” de Calamaro; las salidas con amigos a ritmo de “Wadu wadu”; la rabia y las ganas de no creer de nuevo en las relaciones, hasta el punto de declarar “Me cago en el amor”; las dudas y enredos del corazón ilustrados en “Amor descartable” de Virus y un cierre esperanzador de nuevo con Drexler y su “Sea”, recordando que cada nuevo comienzo implica ir descubriendo un camino inexplorado, casi como una moneda al vuelo que puede caer en cara o en sello, salir bien o mal, pero lo importante es el viaje, el recorrer nuevas experiencias, en nuevas compañías.
En resumen, la música de “No sos vos, soy yo” es perfecta para enamorados del amor, para los que disfrutan de buenas letras sobre corazones rotos y recuperados.
Aquí la playlist de este pellizco musical, capítulo 2.
Sobre Hache Holguín
Ilustrador colombiano y bloguero. Trabaja de forma independiente en proyectos de ilustración editorial, en su gráfica se mezcla lo nuevo y lo viejo, las texturas, la oscuridad y lo cuidadosamente descuidado.
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